Este es un llamado a reconsiderar lo que debemos arrancar de nuestras vidas.
1. Corta de raíz lo que no sirve
“10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.” – Mateo 3.10
Aquí Jesús se refiere a los fariseos que como líderes habían podido engañar a la gente pero nunca a Jesús.
No hay problema con la grandeza, lo importante es si esa grandeza está aprobada por Dios.
2. Árboles para cortar de raíz
“19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” – Gálatas 5.19-21
Debemos de cuidarnos en estos tiempos de engaño.
Bosques a cortar:
(1) Inmoralidad sexual: Adulterio, fornicación, inmundicia y lascivia.
(2) Enemistad con Dios: Idolatría y hechicerías.
(3) Animosidad: Enemistades, pleitos, celos e iras.
(4) Intolerancia: Contiendas, disensiones, herejías, envidias y homicidios.
(5) Vicios: Borracheras y orgías.
3. Planta lo de Dios Padre
“1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” – Salmos 1.1-3
Lo que debes cultivar es lo espiritual.
4. ¿Qué debes cultivar en tu vida para tener muchos frutos?
La palabra de Dios.
“105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” – Salmos 119.105
La oración.
“17 Orad sin cesar.” – 1 Tesalonicenses 5.17
Adoración y Alabanza.
“3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.” – Salmos 22.3
Amor por la casa de Dios.
“1 Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.” – Salmos 122.1
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